Hace unos años, me di cuenta de que las ventas, especialmente las ventas médicas, y ser un obrero para Cristo tienen muchas de las mismas descripciones de trabajo. Los vendedores médicos pasan días y semanas en entrenamiento aprendiendo cómo conectarse con doctores y enfermeras más efectivamente, cómo presentar mejor su producto, y cómo ser más eficientes con la cantidad limitada de tiempo que tienen con los doctores mientras caminan por los pasillos de los hospitales Si el mundo se esfuerza tanto por un producto que satisface necesidades físicas, ¡cuánto más deberíamos esforzarnos por algo que cuida de su eternidad!